ER Diario
18/02/2021

Agua

Compartimos, desde la sección Cultura de Entre Ríos Diario, otro cuento de Julián Vilches.

El amanecer era ese tan peculiar que se repetía día a día. Pero como sacarle al humano que lo contemplaba, vislumbraba, o solo lo miraba, la idea de que era el mismo todos los días. Si son ideas arraigadas, insertadas en lo más profundo de la genealogía de la costumbre humana. Es ella la que guarda todo lo que lo seres no binarios (como se llaman ahora) como bueno y sagrado. Y esto no tiene que ver con religión ni nada de eso. Es realidad. Muchas personas de la raza que se encuentra en un planeta recóndito del Sistema Solar, se habían adelantado a esta idea. Resulta intolerable para nosotros que estos, que ni siquiera podían identificar de qué estaba hecha esa bola de materia gigante donde apoyaban sus pies y miraban hacía el cielo con ansias de llegar a fines de otras galaxias. El problema es que al astro con más cantidad de agua en estado útil, elemento esencial cualquier raza intergaláctica estaba ahí. Y sin embargo la llaman tierra. Esto modificándose, cambiando a medida que fuimos llegando nosotros, los ancestros.

Teníamos un plan desde siempre. Nunca se nos ocurrió dejar librada a la raza humana nuestra antigua y amada Agua. Allí estaban la mayoría de elementos que recolectar sobre nuestra antigua estadía, elementos que hablan de nuestros valores y principios. Fue en ese momento cuando enviamos “líderes”, aparentemente iluminados, seres que llevaban reglas básicas de supervivencia. Fue temible lo que sucedió. Durante miles de años estuvieron callando la voz de los enviados. De una u otra manera los hacían parecer seres endemoniados. Siempre estuvo la historia de que amenazaban la realidad. Nunca habíamos detenido tanto la mirada en la raza humana hasta estos momentos. Aquí detuvimos la marcha y comenzamos a observar con un detenimiento pasmoso el problema. Habían resultado tan egoístas y sobretodo envidiosos y codiciosos. Eran malos por su propia elección de vida. Cuando se les dejó la “Tierra” tenían todo para repartir. Sin embargo, dándole sentido a sus acciones mediante pensamientos supuestamente sofisticados, los reyes de su momento, se justificaron por un ancestro que nunca existió, y así mataron, se quedaron con lo de otros y una barbarie en nombre Dios. Justificando la palabra de Dios. Otras ni siquiera eran tan ambiciosas. Se referían a humanos comunes y corrientes que crearon ideas, abstractas, ideas que se constituyeron en fundamentos de enormes instituciones, así crearon un Estado. Esta es una genial idea para supuestamente adornar el control. Aparece la iglesia otro instrumento de control. Tanto se acomplejó la existencia de esta raza que debimos seguir activando reactores de defensa para nuestra querida Agua. Todo esto está sucediendo en este momento. Los ancestros habían jurado no participar, nunca, excepto si se sucedía una depredación como la que se está llevando acabo. Hoy estamos entre los humanos buscando la manera de discriminar cómo seguir. Creemos en los humanos. Ellos no creen en nosotros.

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