ER Diario
31/01/2020

Fuga de capitales según la UNER

El Centro Interdisciplinario de Estudios de la facultad de Económicas analizó el periodo 2008 - 2019. Datos y soluciones.

Por Exequiel Flesler

El Centro Interdisciplinario de Estudios de la Facultad de Ciencias Económicas (CIEFCE) de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) elaboró un nuevo informe de coyuntura titulado “La fuga de capitales en Argentina en el lapso 2008-2019: magnitud y significación económica”, escrito por Leandro Rodríguez y Gabriel Weidmann. Ambos son docentes e investigadores de la UNER.

Ya el titulo contiene un concepto que genera polémica: “Fuga de capitales”, que en el escrito académico es definida como “una sustracción improductiva de divisas del circuito económico de un país, que impide destinarlas al crecimiento y la generación de empleo”.

Y más delante ejemplifican: “Cuando un argentino, por caso, compra dólares para atesorar en su caja fuerte y/o para adquirir activos financieros en el exterior, lo que hace es extraer de la actividad económica nacional esas divisas y brindar financiamiento al resto del mundo (recordemos que mantener dólares atesorados es un modo de financiar a los Estados Unidos, mediante la demanda de su dinero). Por tanto, en esa circunstancia, la Argentina pierde capacidad de pago internacional (dólares), que podrían destinarse a importaciones de insumos y/o bienes de capital”.

Así, la fuga de capitales expresa “un índice de potencial económico no utilizado, de oportunidades perdidas por la economía vernácula”.

Ahora bien, la primera cuestión que surge es cómo medir lo que aquí se denomina fuga de capitales. Los autores recorren diferentes definiciones:

“El método residual del balance de pagos -MRBP-, que registra como fuga de capitales la diferencia entre el total del ingresos netos de divisas contabilizado en el balance de pagos (por endeudamiento, saldo de la cuenta corriente e inversión extranjera) menos la variación de reservas; el método comercial, que calcula la salida de divisas según los precios de transferencia (subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones) –indaga en un mecanismo específico de fuga–; el método del balance cambiario del Banco Central, a través de la compra-venta de moneda extranjera destinadas a la formación neta de activos externos del Sector Privado No Financiero, ya sea en forma de adquisición de billetes y/o inversiones externas de residentes (llamadas “divisas”) ; y, finalmente, el método de stock, que asume como fuga el valor de los activos externos acumulados por residentes del país (considerando el ámbito institucional “otros sectores”), estimado por el INDEC en la Posición de Inversión Internacional (PII), según diversos procedimientos y datos”.

A renglón seguido asumen que tomarán “las últimas dos metodologías (del balance cambiario y de stock” puesto que “dan una buena aproximación al fenómeno y cuentan con la ventaja de provenir directamente de organismos oficiales”.

Entonces, ¿qué significación tienen la fuga de capitales en nuestro país? “Durante el lapso 2008-2019 superó los 170 mil millones de dólares, con un pico en el período 2016-2019, en el cual excedió los 85 mil millones de dólares”.

Pero “la salida de capitales por el mercado libre y único de cambios (MULC) se redujo significativamente en el lapso 2012-15, producto de la instalación del control de cambios”.

“Luego, a partir de fines de 2015, se inicia una liberalización del mercado de cambios, lo cual favorece la compra de dólares para formación de activos externos (hasta la reinstalación del control de cambios)”.

“En cinco de los doce años considerados, la salida de capitales superó los 20 mil millones de dólares (2008, 2011, 2017, 2018 y 2019)”.

“No es lo mismo la fuga de capitales en un escenario de expansión económica con superávit en la cuenta corriente –donde incluso la salida de divisas puede sostenerse sin endeudamiento externo–, que en un entorno donde la cuenta corriente es deficitaria y la economía se encuentra estancada o en recesión, lo que suele redundar en la peor de las situaciones: fuga de capitales con endeudamiento”, advierten.

“En el lapso 2012-2015 comenzó a darse la situación de estancamiento económico con fuga de capitales (limitada por el control de cambios), déficit corriente y cierto endeudamiento”, mencionan y amplían: “En la última etapa –con la liberación del llamado “cepo cambiario”– esta realidad alcanzó su máxima expresión: ochenta y seis mil millones de dólares fugados en el lapso 2016-2019, con un déficit corriente (del balance cambiario) de treinta y siete mil quinientos millones de dólares y un aumento de la deuda externa en ciento nueve mil millones de dólares, todo en un escenario de caída del PBI promedio”.

¿Qué significación tienen la fuga de capitales y cómo puede apreciarse?

“Podemos apreciarla comparándola con las importaciones de bienes de capital, asociadas al proceso de inversión y crecimiento”, dicen. “Considerando el conjunto del período (2008-2019), la compra de divisas para la fuga de capitales superó el valor de las importaciones de bienes de capital. En el período 2016-2019, la fuga de capitales casi duplicó el valor de las importaciones de bienes de capital”.

Los pequeños ahorristas

“En los últimos tres años, la compra de dólar billete explicó casi el 70% de las adquisiciones de moneda extranjera para formación de activos externos”, grafican.

“La información muestra que la fuga de divisas del país se vincula mayoritariamente con un pequeño porcentaje de su población, aún en la compra de billetes, que es el medio de acceso a las monedas extranjeras más común”, dicen aportando datos.

“Tomando los últimos tres años (2017/19), la información del Banco Central indica que mensualmente se adquieren, en términos netos, alrededor de 1.500 millones de dólares billetes en el mercado de cambios (MULC) para formación de activos externos. En cuanto a la población, cada mes acuden al MULC aproximadamente un millón de “personas humanas” –para diferenciarlas de las “personas jurídicas”–, cantidad que ha ido aumentando en los últimos años: mientras que en 2017 en promedio mensual acudieron alrededor de 900 mil personas, en 2018 dicho promedio se ubicó cerca del millón, mientras que en 2019 se acercó a 1,2 millones de personas, con un pico en el mes de octubre de 2019 donde 2,5 millones de personas compraron dólares billetes en el mercado de cambios (informes de Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario del BCRA)”.

“Considerando que la población mayor de 18 años de Argentina ronda los 32 millonesde personas, según las proyecciones de INDEC, tenemos que mensualmente participan del mercado cambiario solo el 3% de la misma (lo que no significa, obviamente, que sean siempre las mismas)”, analizan.

Además, “las operaciones presentan un alto grado de concentración. Durante la primera mitad del año 2019, por caso, las personas que realizaban compras mensuales superiores a los 5.000 dólares representaron apenas entre el 4% y 5% del total de compradores, pero los montos operados por este estrato explicó entre el 45% y el 50% del total adquiridoen cada mes. Es decir, la compra mensual de unas 50.000 personas representó el 50% de la fuga de capitales por dólares billetes”.

“Es evidente, la fuga de capitales constituye un fenómeno altamente relevante para la Argentina, que resta oportunidades de crecimiento y generación de empleo”, dicen.

“Esta situación no se corrige con el mero accionar de un gobierno u otro, sino que requiere de consensos más amplios en las clases dirigentes, capaces de construir un proyecto nacional de desarrollo sustentable e inclusivo”, concluyen los investigadores Rodríguez y Weidmann.

Descargar el informe completo

Fuga de capitales-Informe CIEFCE 25

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