ER Diario
27/06/2020

Cien días, ¿para qué?

Apuntes sobre la pandemia.

Por Exequiel Flesler

Cuando uno sufre tiene que valer la pena. Para uno en si propio o para los que queremos. La pregunta urgente, entonces, en si cien días de encierro sirvieron para algo o fue un esfuerzo sin sentido. Más aún, si los próximos quince días y los que vendrán, ¡que seguramente vendrán, y serán tan malos como los que ya pasaron! tendrán sentido.

Estas preguntas son las que tienen que explicar los gobernantes. Y si no tiene idea del futuro, ¡pues decirlo! Que no saber no es un pecado. Y si lo es, absolvámoslos.

Retomemos lo de explicar. Fernando Henrique Cardoso, expresidente de Brasil y político que no perdió el prestigio después de pasar por la Administración, decía que gobernar es explicar, explicar, explicar.

Lo que faltan son explicaciones. Ni siquiera hablamos de convencer. Algo. Explicaciones sensatas.

Si la velocidad de contagio hace que corramos el riesgo de colapsar el sistema de salud, cuarentena dura. Nadie en la calle. Solo policías y médicos. Suena sensato y nadie cuerdo se opone.

Pero para que esta medida suene congruente con el escenario general debe decirse sin medias tintas. No culpar a un corredor (runner, no de bolsa. Ya que hay que aclarar todo), tampoco a alguien que visita a un vínculo afectivo con quien no tiene vínculos jurídicos. Oh, ¡Felices los curas con esta reivindicación sanitaria del rol de la familia!

En fin, si somos ciudadanos (bella palabra usurpada por el conservadurismo de baja calidad) debe explicársenos con precisión científica qué se hizo y qué no en estos cien días y para qué sirve este nuevo esfuerzo. Y aclararnos que no será el último.

Entre Ríos Diario